Los reyes me han traído un monitor «ultrawide» o ultrapanorámico (21:9) de 29″ para sustituir al veterano ASUS VS239H de 23″ que llevo usando desde 2012.
Ha costado 204 € y este post no contiene ningún enlace de afiliado ni de patrocinio ni ninguna historia de esas.
Tanto este como el LG 29WL500-B, algo más antiguo, suele aparecer ocasionalmente rebajado a 175/180 euros.
LG tiene un montón de modelos de ultrawides y no resulta fácil encontrar reseñas de gente que se lo haya pillado al buscar cualquiera de ellos. Aparecen primero cientos de enlaces a tiendas y muy pocos análisis de usuarios más allá del típico «unboxing» rápido.
Este tipo de monitores panorámicos es muy útil si curras en cualquier cosa gráfica o incluso para edición de texto, lo panorámico es lo suyo para trastear con «timelines» largas de vídeo o para tener espacio de sobra para editar fotos y que no te estorben las herramientas además de poder añadir otras cosas de acompañamiento mientras trabajas.
Es un monitor de gama media-baja pero con un precio y prestaciones muy equilibradas. Tiene un diseño agradable y se ve bien. Se nota ligero, pero no endeble. La primera impresión es que de repente tienes dos monitores. Lo ancho se nota, más aún viniendo de un 23″.
Se echa un poco de menos algo más de altura, pero para eso hay que recurrir a uno de 32/34 en adelante y el precio ya se salía del presupuesto. Además, tampoco hubiera cabido en el espacio que tengo sin quitar cosas necesarias. Los ultrawides de menos de 29 pueden resultar demasiado estrechos.
Un 29 para currar con dos ventanas es más que suficiente, aunque puedes partir el escritorio en tantas ventanas estancas fijas como quieras con el soft OnScreen Control de la marca, que cumple bien con su cometido.
No es regulable en altura, asunto solucionable con un soporte VESA horizontal con ajustes verticales. Lo que sí tiene son ajustes de inclinación de -5 ~ +15 º.
No voy a desglosar las especificaciones porque para eso están detalladas en la página del cacharro.
El contenido de la caja: peana, cable de alimentación, un cable HDMI normalito, los papelotes y una cosa redonda con un agujero que no sirve para nada.
Ahí está. Sin reflejos. Mate. Como debe ser.
En conectividad tiene lo justito. Dos puertos HDMI, el bujero de toda la vida de 3,5 mm para unos auriculares (no tiene altavoces) y la entrada de corriente.
Es compatible VESA 100×100 mm
El tubo de la peana se coloca con dos tornillos, no tiene misterio.
El tercer tornillo para la base de la peana viene ya enroscado, sólo hay que apretarlo a mano.
OnScreen Control para partir los bacalaos.
También puedes añadir acceso rápido al troceo de pantalla en la barra de tareas
Medidas
Como busqué medidas concretas y encontré cifras erróneas (sobre todo de la peana, que por poco no cabe en el soporte) añado unas cuantas fotos con las medidas básicas.
El marco arriba y a los lados es de apenas 2mm. Abajo mide 1,5 cm.
El ancho es de 68.8 cm.
31 cm de alto sin peana. Con la peana llega a 40 cm.
Apenas 1,5 cm de ancho
El ancho de la peana, unos 45 cm.
Profundidad máxima de la peana: 16 cm.
Arriba el nuevo monitor ultrawide de 29″ (la foto no es muy fiel a la sensación real de anchura) y abajo el antiguo de 23″.
A favor
Precio, prestaciones, diseño y acabados.
En contra
No es regulable en altura, cables de calidad regulera, conectividad justa.